Séance conjointe entre les séminaires ALHIM-IBERHIS-GRECUN (Université de Paris Ouest Nanterre, Sorbonne Université et Université Paris 8-Vincennes Saint Denis), programmée dans le cadre du projet quinquennal “Penser la capitalité” :
Rebeca Villalobos (FFyL-Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM):
“Héroes nacionales y héroes regionales. La configuración simbólica del espacio y la acción políticos”
Résumé :
Esta presentación compara la mitificación de dos figuras fundamentales en el imaginario político del México moderno: Benito Juárez (1806-1872), destacado político liberal oaxaqueño, presidente de México durante la Guerra de Reforma y la Intervención francesa; y Emiliano Zapata (1879-1919), líder campesino y cabeza del Ejército Libertador del Sur, una de las facciones populares más importantes de la Revolución mexicana. Más allá de su importancia como figuras políticas o militares, se destacan aquí las características de su imagen póstuma y su relevancia cultural en el México del siglo XX.
El culto al héroe es en sí mismo una forma de acción política y un mecanismo de identificación político-cultural. Los héroes nacionales, particularmente importantes como ejes de carácter ético e identitario, se definen a partir de su ocupación del espacio simbólico (su lugar dentro del panteón y la cultura nacional) y material (urbano, visual, literario, artístico). El culto a Juárez como héroe civil emerge desde la capital de la República como un consenso político de las élites en el poder, es esencialmente centralista, vertical y supone una jerarquía establecida no solo de valores (soberanía, legalidad, orden) sino de espacios de acción (instituciones, tribuna, espacio político legítimo). El culto a Zapata, por su parte, emerge desde la periferia, desde la no-capitalidad por excelencia. Surge en radical tensión con la capital y con todo lo que ella representa: centro de poder y negociación política, eje de la conciencia nacional y el nacionalismo. Los usos de la figura heroica de Zapata ponen en tensión ese eje de verticalidad que supone la capital como centro de poder, acción e identidad político-cultural; mientras que Juárez representa la posibilidad misma de ese consenso.